Armoniza y fortalece la micro electricidad del cuerpo humano.
Sus principales vibraciones son para desarrollar el amor universal. Así pues, puede ser utilizada en meditación, para descubrir el amor divino y del universo, así como para ayudarnos a desarrollar el amor hacia las personas, la vida y hacia Dios. Nos conectamos así con la fuente del todo en su energía primordial y podemos vibrar con experiencias profundamente espirituales y místicas.
También podemos utilizarla para interiorizar de un modo definitivo la tan ansiada paz interior que a todos nos falta. El equilibrio y armonía interior que buscamos a través de las diversas técnicas espirituales que nos permita alcanzar una mayor comprensión y felicidad en la vida, también puede ser conseguido meditando con este conocido cristal. Sana heridas sentimentales, aplaca dolores por pérdidas o lejanía de seres amados, fortalece el vórtice energético cardíaco (chakra del corazón).
Además, es muy útil para meditar con él sobre nuestra capacidad de amar y de sanar las energías más negativas como el odio y la venganza. Con el cuarzo rosado podemos eliminar definitivamente el lado más oscuro de los sentimientos humanos.
Es una de las piedras del cuarto chakra, de modo que es fabulosa para activar la energía de este importante centro de poder.